GAIA no puede entenderse como un concepto excluyente

Es común ver montajes de fotos y escuchar discursos, principalmente de políticos, diciendo que la foresta amazónica son los pulmones del planeta; eso alude a que son órganos productores de oxígeno, lo cual no es verdad (pulmón consume oxigeno); esa falsa imagen, ha recorrido el mundo desde que un periodista norte americano cuño esa metáfora a partir de un evento que se realizó en Ecuador a finales de la década de los años 70. En realidad, el papel que ejercen las forestas es más de sumidero de dióxido de carbono, regulador de sistemas hídricos y autorregulación climática, que productor de oxígeno. La gran responsabilidad por la oxigenación del planeta, recae en un alto porcentaje sobre los océanos, fitoplancton y cianobacterias. Sobre esa temática hay suficiente literatura y claridad científica publicada, la cual los interesados pueden consultar y profundizar.

Es alucinante el papel fundamental de la foresta amazónica y otras, por su biodiversidad, historia geobiológica, culturas inmersas en ella, patrimonio,  reserva botánica inigualable y natural, para la continuidad y vida en el universo; su protección es innegociable, su destrucción sería un total gesto de locura, que solamente puede pasar por la cabeza de un gobernante fascista como el actual presidente del Brasil, Jair Bolsonaro; para darle paso, principalmente al saqueo maderero, la minería, a las obras  mega hidroeléctricas, al robo y la piratería botánica por parte de los laboratorios de la industria farmacéutica, al latifundio ganadero y ocupación agroindustrial por los monocultivos transgénicos, llevando finalmente la región a la  extrema pobreza, erosión y desertificación de los suelos por su fragilidad.

“Lo sociable de los bosques es un mundo en sí mismo; de la misma forma que el espíritu no es propio de los hombres, la naturaleza es una realidad propia que antecede al humano”.

Por otro lado, el concepto de GAIA atribuido a la tierra en parte por James Lovelock, como un organismo vivo continua en vigencia y es fantástico, pero no debe entenderse como un organismo que navega a la deriva de forma solitaria en el espacio, sin ninguna relación con la infinitud del cosmos, o como si los límites del universo fueran la propia tierra. Nuestra existencia la debemos considerar ubicándonos en medio de una encrucijada o dos dimensiones infinitas, entre continuar temiéndole al impenetrable mundo oculto de la microbiología que nos originó y nos rodea a toda hora, y aceptar la infinitud del universo; sin olvidar que la vida es más que lo que conocemos, tanto a nivel micro como macro.

Es tiempo de superar el concepto de los limites o las fronteras del concepto GAIA, para superar en parte, la estrecha interpretación que hoy se le da al cambio climático, como algo que solo afecta al planeta tierra, negando la relación con otros cuerpos celestes que también trazan sus orbitas en torno al sol. Es necesario ir más allá, que solo relacionar cualquier impacto con nuestra atmósfera (troposfera, estratosfera, mesosfera, ionosfera exosfera) y no con el resto del universo. Con la teoría GAIA, aprendemos a considerar que todas las cosas están universalmente interconectadas con una dinámica propia.

Muchas cosas que hemos impactado y que a la vez retornan afectándonos con la provocación de desastres “naturales”, están más allá del sencillo entendimiento de la capa más  externa de nuestra atmosfera (exosfera) y al mismo tiempo están más acá en las profundidades de la tierra, a las cuales todavía no se les ha podido determinar de forma clara, cuáles son sus fronteras o zonas de transición, la una con el espacio interplanetario y la otra con la profundidad de la temperatura de la tierra y su relación con la microbiología endolítica.

GAIA, al mismo tiempo que se comporta como un súper organismo vivo ante nosotros, también es un pequeñísimo cuerpo frente a la vía láctea, el espiral donde se encuentra el sistema solar y a la vez la tierra.

Debemos considerar que los impactos provocados por el cambio climático, no son unidireccionales y lineales, sino que son macro y micro espirales que van y retornan en múltiples direcciones, provocando múltiples impactos y fenómenos irreversibles, con consecuencias graves para nuestra sobrevivencia en la tierra; en muchos casos el retorno de las reacciones  en cascada o  efecto domino, se catalogan como fenómenos naturales, o algunos más desubicados  las tildan como siendo la fiel muestra de un castigo divino.

Una supuesta “reparación” de los impactos provocados a un planeta, no existe, no es un acto reversible biológicamente; no es una cosa materialista y mecánica de quitar y sustituir piezas, o de pedir perdón por un pecado cometido, borrón y cuenta nueva. Muchos impactos que han sido provocados, nos han privado hace mucho tiempo de haber conocido sucesiones de especies, principalmente las relacionadas con la microbiología, y que fueron extintas por los caprichos tecnológicos, impuestos por una sociedad industrial depredadora e insensible, dependiente principalmente de la energía y economía petrolera. Lo más grave con esa situación, es no haber llegado a conocer muchos fenómenos, que posiblemente hubieran arrastrado la tierra como un ser vivo, hacia otros comportamientos más armónicos, ofreciendo menos riesgo para la salud humana.

El surgimiento de las “epidemias” y “pandemias”, no las podemos excluir, de la destrucción del medio ambiente, la biodiversidad y crisis climática que hemos provocado.

 “La salud del estado de conciencia de la humanidad, está estrechamente relacionada con la calidad ambiental donde nos encontremos”.

¿El corona virus, realmente se puede considerar como una pandemia, que cobra vidas con el tono de una venganza, o será más bien, el pre anuncio, de que algo más grave puede estar gestándose como una reacción natural, si continuamos con los actuales comportamientos ecosuicidas con nuestra venerada GAIA?

“Los virus, de la misma forma que los microorganismos como nuestros representantes más antiguos, incluyendo la muerte, son más antiguos que la tierra”.

Finalmente, el chorro de la desinformación en términos de los conocimientos en biología y ecología, no paran, las opiniones de los políticos europeos y sus asesores son un desastre:

  • “En la cita anual de Petersberg sobre el clima, todos lideres coincidieron en señalar que la oportunidad de dar una respuesta conjunta a la crisis del COVID-19 y a la crisis climática es clara: “la recuperación de la economía debe hacerse de la mejor manera que sabemos y es poniendo a las personas y a la naturaleza en el centro”. Informe español.
  • Angela Dorothea Merkel, canciller de Alemania, convoca a una “reconstrucción verde” tras la crisis del corona virus.
  • En otro momento, fue el presidente francés Emmanuel Macron quien propuso, es hora que los países de Europa se comprometan con la neutralidad climática para 2050, es decir, que sólo emitan la cantidad de gases de efecto invernadero que los bosques puedan reducir de nuevo. Ocho países se han unido a la iniciativa francesa.

Sobre los argumentos anteriores expuestos por los líderes mundiales de España, Alemania y Francia, podemos opinar respectivamente sobre: “personas como centro”; “reconstrucción verde” y “neutralidad climática”:

  • En la naturaleza no existen cosas en espacios fijos para ser consideradas el centro y menos aún, cuando las personas fueron concebidas a orillas de la biogeoevolución, después que la vida se encontraba instala en la tierra. “El centro es una ilusión y la tierra es una manifestación en transición”.
  • “Todos los procesos biológicos son irreversibles, tanto en Alemania como en cualquier otro país, no se puede apretar un botón y volver a reconstruir la juventud. “Einstein nos ha enseñado que estamos inmersos en un universo en evolución”.

En la naturaleza las relaciones en términos matemáticos de uno menos uno igual a cero, es una fantasía. Hacer el esfuerzo por comprender el fenómeno de la fotosíntesis, nos ayudaría a comprender la poca o ninguna neutralidad que existe en las relaciones que se establecen entre la biología y el medio ambiente. “La vida se caracteriza por la inestabilidad, es una creación continua”.

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