La tecnología a cada a día, toma más decisiones aleatorias a nuestra existencia, y nos está llevando de una forma acelerada a la perdida de una comprensión más sensata de cómo funcionan todas las interrelaciones de la vida y nuestra propia existencia. Por otro lado, no debemos dejar de aceptar que el miedo a la irrupción de lo inevitable, es un hecho real, frente a lo que constantemente viendo sucediendo con los avances acelerados que la construcción de la propuesta de la agricultura orgánica viene experimentando. El conocimiento cabal de la historia de la agricultura a través del tiempo, es vital, para comprender las novedades que ofrece el actual modelo “bio” o disfrazado paquete “eco” tecnológico impositivo de la agricultura industrial; donde la historia no debe ser sencillamente el estudio superficial de su pasado, sino el estudio profundo de los cambios que la misma ha sufrido y nosotros también.
El crecimiento anti humanista que se está construyendo actualmente a grandes velocidades, a nivel global, está arrojando como resultado la destrucción total del pensamiento humano; nos está arrastrando a un porvenir imprevisible y desconocido. Lo científico que debería ser humanamente amigable, se vuelve irracional, lejano y fatídico en manos de un capitalismo que se atraganta depravadamente, donde toda destrucción que provoca lo niega. La abundancia de oferta “ecotecnología” y “eco” dominante, provoca un estado de impotencia y da miedo, de tal forma que la propia humanidad pierde el control de sus propios inventos. La dominación de las mentes a través de la eliminación total del pensamiento es una realidad; le está provocando la crisis más profunda al ser, superando cualquiera por la que haya pasado la humanidad. El actual tecnicismo y la eco fantasía de la economía impositiva global, le roban el alma al corazón, es el antropo-obsceno desembocando en el tanato-obsceno, donde no pasa existir rastro alguno de lo sensible, el respeto por la vida.
“Cuando se abandonan las prácticas que destruyen la vida, haciendo un énfasis en la de los suelos, es el mejor indicativo que somos capaces de despedirnos de un pasado oscuro, que somos capaces de recomenzar, de actuar y soñar hacia adelante con la mente puesta en el futuro, significa que estamos íntimamente preparados para lo que haya de venir”